Es un arbusto de seto o matorral que alcanza los 5 metros de altura. Tiene las ramas espinosas y las hojas alargadas, enteras y algo gruesas. Las flores de color rosado o violeta, tienen un cáliz acampanado y una corola con cinco lóbulos, el fruto es una baya ovoide carnosa de color rojo o anaranjado.

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El primer archivo chino que documenta el uso de las Bayas de Goji tiene aproximadamente 2300 años, los frutos de la planta pueden ser utilizados, para producir diferentes tipos de productos saludables, como fórmulas y zumos medicinales, la composición de las Bayas de Goji han sido estudiada químicamente, especialmente los polisacáridos glicoconjugados.

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Se localiza exactamente en el borde norte del subcontinente indio, separando las bajas estepas de este país del altiplano desértico, que se encuentra en el Tíbet.

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Como adaptógeno, las Bayas de Goji ayudan al cuerpo a adaptarse y estar por encima del estrés, provee las reservas de energía para ayudar a manejarnos ante casi cualquier dificultad. Alivia el insomnio y mejora la calidad del sueño.

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Los antioxidantes y sus moléculas de polisacáridos nos defienden contra el envejecimiento prematuro, neutralizando el daño que los radicales libres causan en todo el cuerpo, contienen beta-sitosterol, que es efectivo para bajar los niveles de colesterol, sus antioxidantes previenen la oxidación del colesterol y la formación de placas arteriales, ayudando a mantener las arterias abiertas y funcionando suavemente.

 

 Los polisacáridos del Goji estimulan y equilibran la actividad de toda clase de células inmunes, incluyendo las células T,

Puedes adquirir tú mismo los frutos secos y molerlos o preparar un jugo natural sin necesidad de este proceso. La preparación debes llevarla a cabo como si se tratase de un jugo de uva, es decir que al finalizar se recomienda pasar por el colador el líquido a beber. Toma un vaso cada mañana antes del desayuno para que disfrutes al máximo de sus bondades.

 

Las bayas de goji pueden ser consumidas por personas de todas las edades y condiciones físicas.  La dosis óptima es de aproximadamente de un puñado (20g-40g) al día. Las puedes esparcir formando parte de ensaladas, sopas, cremas o diferentes recetas.